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Foto del escritorRaquel Oliva

San Ireneo (II) Homo sapiens vs. homo vivens


Frase de San Ireneo de Lyon en latín

Querido lector #bípedo: eres #materia. Siento desestabilizarte y hacerte caer de tus alturas místicas tan etéreas como irreales (porque la verdadera mística es la de la carne ungida).

En el vientre materno, saco de células, pequeño conglomerado que fue pasando del tamaño de un cacahuete al de un melón y más que melón si te llamas Arturo... carga genética diversa de la de aquellos que te conformaron (porque te con-formaron junto con Uno que te formaba).

-Oiga, no se pase, ¿me está llamando mono?

-Casi mono y no por bonito, más bien por cuerpo pesante, que es que usted tiene gravedad y puede caer... pesadamente... Pero volvamos al melón.

Una vez preguntaba un profesor: "¿Si yo lanzo al aire las letras del abecedario, cuando caen al suelo, me sale El Quijote?" Evidente respuesta: no. Bueno, pues comprenderás que el Universo, tampoco y tampoco, tú, saco-melón. No eres fruto del azar. Eres querido, aun si eres niño-probeta, porque hay Uno en cuyas Manos descansa el Universo.

Dice San #Ireneo de #Lyon:

“[…] la Mano de Dios que modeló a Adán y también a nosotros; siendo uno e idéntico el Padre cuya voz asiste, desde el principio hasta el fin, a su plasma; demostrada con evidencia por el Evangelio la materia de nuestro plasma: no hay por qué  ir en busca de otro Padre fuera de  éste, ni de otra sustancia para nuestra plasis ajena a la antedicha y declarada por el Señor, ni de otra Mano divina fuera de la que desde el principio hasta el fin nos forma y adapta a la vida, asiste a su plasma y lo consuma a imagen y semejanza de Dios (cf. Gen 1,26)” (IRENEO DE LYON, Adversus Haereses V, 16, 1, ed. A. ORBE (BAC Maior 29; BAC – Estudio Teológico de San Ildefonso, Madrid – Toledo 1987) 83-87)

En efecto, tu ancestro, del que desciendes, tu linaje: barro, es decir, materia que un día se convirtió en hombre, Adán, bípedo, erguido, con brazos y piernas que podrían ser un día clavadas en una cruz; capaz de trabajar porque sus manos podían agarrar utensilios, también un madero o tomar barro de la tierra para curar a un ciego; hecho para la relación, con lenguaje, palabra... hasta que la Palabra tomó la carne, la materia, tu nada...

"-¿Qué distingue el cuerpo del hombre del cuerpo de un mono?" -escuché que preguntaba hace muchos años un profesor en una defensa de tesis doctoral-; "-Que la carne del mono no la asumió Cristo, pero sí asumió la carne del hombre". Pues eso. Hay quienes encuentran sus deleites y bastión en argumentar que el saco de células en el útero es muy especial porque en algún momento se le infunde un alma, o desde siempre la tiene (discusiones sobre ello hay), en cualquier caso, siempre a vueltas con el alma y, ciertamente, el hombre tiene alma, pero desde luego, tiene materia y esa materia, así tal cual, con alma o sin ella aún, es sagrada desde el momento mismo en que es una carga genética diversa del macho y la hembra de origen porque Dios tomó carne humana, materia, de las células de la Santísima Virgen María (cromosoma XX) y también fue saquito de células, saco al que se dotó de un alma, porque le era necesaria a la materia, a modo de cordón umbilical del Espíritu. La materia necesita un cordón umbilical para la Gracia y ese cordón es el alma mediante el cual la materia se nutre de la Vida divina: el Espíritu Santo.

[...] desde el principio hasta el fin nos forma y adapta a la vida [...]


Dicen que la mejor especie se fue adaptando para sobrevivir. Yo creo que lo mejor de la vida se hace en voz pasiva, como por ejemplo, ser amado. Que hubo adaptación es cierto, pero había Uno que buscaba adaptarnos para la vida y una vida en abundancia: de saco de células a la Gloria de Dios en tu carne resucitada.

[...] asiste a su plasma y lo consuma a imagen y semejanza de Dios [...]

Si me preguntas cuál es el cogollo de la cosa: la Salus Carnis, es decir, la salvación de la carne, de este pobre compendio de células que el Espíritu vivificante va ganando para el cielo mediante ese cordón umbilical (el alma) por medio del cual las nutre con sabor a cielo. ¿Acaso fue casual que la manera de nutrirnos resultara ser un Pan Vivo?

Tomad y comed
Tomad y bebed

Lo más grande (su Cuerpo y Sangre) para lo más crucial, tu carne debilucha, con su alma que vehicula el Espíritu Santo.


Maravillas del homo vivens.


Estudia mucho, homo sapiens, haz tres carreras, un máster, accede a toda la información que quieras por Internet, sé autodidacta y haz cursos por Youtube... nunca hemos tenido tanto acceso a información, a conocimiento (gnosis)... pero, ¿vivimos?, ¿somos hombres que viven?


Maravillas del homo vivens: este homínido sobrevive la muerte, es la especie más fuerte. El punto culminante de la evolución se dio en el Bautismo en el Jordán, cuando la humanidad de Cristo recibió la Unción del Espíritu Santo, inaugurando para la materia el acceso al Árbol de la Vida que se nos dona por Pentecostés.



San Ireneo de Lyon
Fondo de pantalla descargable para teléfonos móviles: #CP Homo vivens (Rain)





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