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  • Foto del escritorRaquel Oliva

“Gimo como una paloma” (Is 38, 14)


Antonio Orbe_San Ireneo_Raquel Oliva
Imagen tomada de: http://virgenlapaloma.es/el-cuadro/

Mañana, Oficio de Difuntos. David, Rubén y aquellos cuyo nombre desconozco, si bien, no se me hacen lejanos porque son, como yo, linaje de Adán. Me embarga el corazón el profeta Isaías que, ante la amenaza de la muerte, confiesa: “gimo como una paloma”. La Paloma, la #Madre, la certeza de que así gime el corazón de Nuestra Señora de la Soledad, quien lleva en sus entrañas a todo #Madrid, lo vela, lo ampara bajo su manto, se duele de sus sufrimientos pues comparte la misma ternura del corazón del #Padre.


¿Por qué morir?


A la #muerte, a la que esperamos, la evitamos, la rehuimos, contamos con ella. Siempre sorprende. La muerte, destino fijo —salvo para aquellos vivos a los que sorprenda el Señor en su venida gloriosa— es sabida por todos. Pero siempre sorprende. Viene seductora, irresistible, arrebata a los que amamos, robando abrazos, caricias, besos, sonrisas... la dulce presencia y compañía de los que nos son amados.


¿Por qué morir? Si Dios es bueno...


Responde, corazón: ¿por qué morir? Responde, corazón: ¿Dios es bueno? Esta pregunta requiere de una premisa para poder ser contestada. Y la premisa es, a su vez, la respuesta a una pregunta: ¿Dios es Padre que me ama? Y la respuesta a esta pregunta es fruto de una experiencia, no valen entelequias, no valen quimeras, no valen discursos, no vale una idea: sólo vale un amor, una experiencia de que Dios es Padre bueno que me ama. La muerte discierne lo verdadero de lo falso y ante la muerte, sólo permanece una experiencia verdadera. Y es entonces cuando la pregunta ¿por qué morir? obtiene una respuesta: es con mucho lo mejor.


¿Lo mejor? Lo mejor.


¿Lo mejor? Lo mejor.


¿Por qué morir? Porque morir es con mucho lo mejor.


Para quien está hecho para la vida, para quien ha sido creado amorosamente para la vida, la muerte es una violencia, ajena violencia que le arrebata de la vida para la cual ha sido creado.


Dios no quiere la muerte del pecador (Ezequiel 18). Nunca la quiso para Adán, nunca la quiso para su Hijo, no la quiere para nosotros. Y, enemiga sobrevenida, se convirtió en remedio para acabar con lo caduco, se convirtió en la hermana muerte.


¿Por qué morir? Porque morir es con mucho lo mejor. Porque es estar #contigo.


Hermana muerte, dejo esposa, hijos, padres, amigos. Dejo amaneceres y vísperas, hermanos y vida. Alimentado del viático de peregrinos, cuerpo de #Cristo, "medicina de #inmortalidad, remedio para no morir, sino vivir siempre en #Jesucristo" (San #Ignacio de #Antioquía), dame la mano, pues ya no tienes aguijón con que dañarme y vayamos al encuentro de Aquel, al que un día, mis ojos de carne contemplarán. Vele el #Espíritu mi cuerpo, barro de Adán, mientras mi alma espera su carne, la mía, la mía de siempre. Vele el Espíritu mi barro, cenizas de promesas, futuros de reencuentros, besos, abrazos y sonrisas para aquellos que somos de #carne. Hermana muerte, dame la mano y vayamos en pos de Aquel que desea mi alma y en el que recuperaré todo lo bello de lo que hoy soy arrancado.


Sepultados con Cristo para renacer a la Pascua, Banquete definitivo.


¿Por qué morir? Porque morir es con mucho lo mejor. Porque es estar contigo.


(Con motivo de la explosión del 20 de enero de 2021 en La #Paloma, Madrid).


 



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