—"Raquel, es que nada te basta". Ciertamente, no.
—"Raquel, es que lo quieres todo". Ciertamente, sí.
Si hay algo que siempre he repelido desde mi infancia es el conformismo, no me lo he propuesto, siempre me ha salido solo y me sigue saliendo solo. A mí la #vida me hiere, me saja a cada minuto, porque tengo #sed. Así llegó mi #conversión, mi #encuentro con #Jesucristo #Vivo, como a un condenado a muerte que recibe la vida, el agua de la vida. A veces quisiera cancelar ese deseo que parece que nada ni nadie sacia y más bien parece una tortura, pero el #deseo es, más que un problema que debemos eliminar, una brújula que debemos cuidar.
Hoy nos proponen el día-tubo y la vida-noria: abarrota tus horas porque has de ser productivo y corre hasta que te desmayes en la noria de tus meses y así, pasa la vida. Y de este modo acabamos viviendo: corre que te corre que te persigue el mono.
En uno de sus libros de espiritualidad dice el P. Antonio #Orbe algo así como que "a deseos nadie me gana". Pues a mí tampoco.
Mi deseo me dice que estoy hecha para #amar a lo grande y para #soñar a lo grande. Mi deseo me dice que estoy hecha para un amor grande, para #amistades que no son de usar y tirar; para relaciones que sostienen el peso del #infinito al que aspiramos; para un #trabajo que entusiasma, que construye y que busca el #bien y no turbios propósitos; para vivir una #comunión real, aquí y ahora, entretejida por la #confianza y el milagro del #perdón, y alentada por el deseo de #Cristo, nuestro inseparable vivir.
¿Acaso estoy sola en este desear? Yo no quiero vivir como ganado al que numeran y en fila espera a que le den algo, quizá un código de barras. ¿Dónde están los que, como yo, desean cosas grandes?
El mayor enemigo del deseo es el #desencanto y el desencanto es peligroso porque está a la orden del día. Desencanto político, desencanto institucional, desencanto familiar, desencanto amoroso, "yo creía que... pero resulta que..." y nos convertimos en escépticos, gallinas en corral, pedrolos endurecidos, grises conformistas.
La sociedad y la #Iglesia —que no se libra de los días-tubo, los meses-noria y el desencanto— necesita hoy más que nunca vuelo de águila. Querido #católico aburguesado, pido para nosotros deseo en tizón vivo para que dejes de pensar en la casa que tienes en la playa —bendito sea Dios si la tienes, invítame..., pero entiendes lo que quiero decir—, dejes de criticar y de pensar en lo mal que está el mundo y, guiado por tu deseo, pongas tus #talentos al servicio de la inspiración del #Espíritu Santo. Aunque el gris acomodado, eso sí, vive cómodo... Necesitamos vuelo alto, vuelo de águila, ver que otros vuelan y, alentados por su ejemplo, lanzarnos a volar.
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