La Unción de Jesús en el río Jordán, ese gran Misterio en Carne tan olvidado...
El Verbo se hizo carne para divinizarla.
Como la nieve cubre la tierra, la empapa, la penetra, así el Espíritu cubre, empapa y penetra la carne de Cristo, la oveja que lleva sobre sus hombros, nuestra humanidad, para arrebatarla a su Gloria. La tierra prometida hoy se nos regala: la tierra prometida es el barro de Adán dócil al Espíritu exaltado a la diestra del Padre. Por la Unción de Jesús se nos abren las puertas de Paraíso, ¡y qué digo Paraíso!, ¡mucho más!, se nos abren las puertas de la tierra prometida: la carne de Dios en el hombre.
Feliz día de la Unción de Jesús.
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