Hace unas semanas escuché una predicación en la que se definía así a #España: “cementerio de misioneros”, afirmación que enlacé con otra escuchada en la homilía de un presbítero en la que comentaba que un grupo de presbíteros de un país de América del Sur contactó con un grupo de presbíteros españoles para recibir ideas de cómo poder seguir evangelizando en un país secularizado, de lo cual España es ejemplo, como veis, a nivel internacional.
España no es católica. Hay quien aún lo afirma. En España, no sólo los no creyentes, sino incluso los católicos, no viven de la #fe en el Hijo de #Dios. ¿Pero qué dices? Lo que oyes.
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI, Deus Caritas est 1).
Despierta Iglesia, despierta.
"Debemos volver en Espíritu a gustar de los tiempos de la Iglesia naciente, a aquellos tiempos en los que todavía resonaba la predicación de los apóstoles; a aquellos tiempos en los que la sangre de Cristo todavía y estaba caliente, y en los que la fe ardía con toda viveza en el alma del creyente” (H. de Lubac).
“Es que hoy la Iglesia está muy mal, mira el Papa, mira los Obispos...” se oye... Puedes leer las controversias doctrinales en torno al #Concilio de Nicea (325) o los episodios auténticamente mafiosos, dignos de película, en torno al Sínodo de Antioquía (s. III-IV)... o pegando un salto en el tiempo, puedes leer a Santa Catalina de Siena, ¿y qué?
Despierta #Iglesia, despierta.
Mira los orígenes del #cristianismo, mira cómo empezó todo: cristianos de fuego, apasionados por Aquél con el que se habían encontrado, que no tenían otro horizonte más que entregar la vida por Él anunciando la Buena Nueva. Jesucristo configuraba su vida enteramente y en todos los sentidos. No podían vivir sin Él. Conviértete y cree en el #Evangelio, porque para anunciar la Buena Nueva hay que tener una Buena Nueva que poder anunciar.
Despierta Iglesia, despierta.
No te hiciste morada por el bautismo que te agració la Iglesia de un Espíritu timorato, sino un Espíritu de παρρησία, eres Hijo del único Dios que existe, que creó el cielo y la tierra y vives al amparo de la comunión de los santos y de las cosas santas.
Despierta Iglesia, despierta.
Santiago Apóstol, patrón de España, ruega por esta tierra que ha dado como fruto tantos santos para nuestra Madre, la Iglesia, que por tu intercesión nuestro corazón se convierta cada vez más a #Jesucristo, "porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos", Aquél que ha enamorado el corazón de santos y mártires, Jesucristo, nuestro inseparable vivir.
Despierta Iglesia, despierta.
Vivimos un tiempo apasionante, muy parecido a los inicios de la Iglesia naciente. Acudamos a los Padres de la Iglesia pues abren horizontes: santos, mártires, obispos díscolos, antipapas, cismáticos, herejes, paganos que llegan a ser obispos, sínodos, controversias doctrinales, cristianos relajados, cristianos rigoristas...
Despierta Iglesia, despierta.
Santiago Apóstol, patrón de España, ruega por nosotros, queremos creer más, convierte nuestros corazones al Dios verdadero, Jesús, para la nueva #evangelización, que es la de siempre: la de los enamorados de Jesucristo.
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