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Foto del escritorRaquel Oliva

"Entraréis a tomar posesión de la tierra"


Antonio Orbe_San Ireneo_Raquel Oliva

"Escucha". Así el Deuteronomio. Escuchar es lo primero. Sin escucha, el contenido no importa, porque no calará. Escuchar, vivir, tomar en posesión de una tierra. Así en los tiempos del Antiguo testamento antes de la Encarnación del Verbo. Así vivían los que tenían fe en el Verbo aún no encarnado. "¿Quién puede hospedarse en tu tienda? "Tienda". Este salmo siempre me recuerda a otra "tienda": "Dios se hizo carne y acampó entre nosotros". El verbo griego para acampar es de la misma raíz que tienda. Y esa tienda nos lleva al rey David, quien quería construir una casa para Dios y aunque al principio el profeta le dio permiso, después Dios se pronunció diciendo que él no había tenido casa hasta ahora porque había querido peregrinar junto con su pueblo. Otra vez aquí aparece la raíz: "acampar". Y Dios que no quiso casa de piedra,  se hizo una de carne cuando: "Dios se hizo carne y acampó entre nosotros", como decimos en el Ángelus. Pretérito perfecto simple en castellano, aoristo en griego: "acampó" porque se refiere a ese hecho incomparable que es aquel en el que el Verbo tomó carne mortal. Una vez y para siempre tomó carne mortal y ahora esa carne ya no es mortal. Por esto pretérito perfecto simple aunque su presencia continúe entre nosotros, si bien, en carne gloriosa. Y el salmo 14 deprime a cualquiera, porque las condiciones para entrar en la tienda de Dios no las cumplimos ni por asomo. Pero el Verbo que es Dios, se hospeda en su tienda, que es la carne. Y así un hombre de carne y hueso pudo cumplir los requisitos indicados en el salmo 14, mas siendo Verbo personalmente, los cumplió por la acción del Espíritu, el mismo Espíritu que le construyó la tienda de carne a partir de la tierra virgen de María. "Tierra": "entraréis a tomar posesión de la tierra". De la tierra de la carne de Jesús ungida por el Espíritu. Si te dejas ungir, el Espíritu poseerá tu tierra, tu #carne preciosa, que es la misma que la de Jesús, el mismo barro pobre llamado a ser glorificado a las alturas de Dios. "Todo don perfecto viene de arriba" dice el apóstol Santiago. "Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas". "Como la primicia de sus criaturas", "como" Jesús (que es la primicia), en cierto modo como el Hijo. Eso se llama ser hijos en el Hijo, adopción filial por el Espíritu. Jesús, Hijo personal, nosotros, hijos por adopción gracias a su carne ungida. "Lo que sale de dentro". "Te ungirá por fuera y por dentro de modo que el propio Rey codicie tu hermosura" dice Ireneo de Lyon. Tú deja al Espíritu hacer e irás obrando conforme a la Ley de Dios que se cumple en la carne de Jesús. Lo más importante en la vida espiritual es NO ESTORBAR. "Escucha" en el Antiguo testamento y "Escucha" nos dice Jesús en el Nuevo. Dios hablaba en el Antiguo (habla la Palabra, el Hijo sin carne) y nos habla Dios con carne, #Jesús, en el Nuevo testamento. Un pueblo creyente en ambos testamentos, mismo objeto de fe: Dios; uno le esperaba en carne, otro lo veía con sus ojos de carne mientras hablaba en Israel;  nosotros hoy no lo vemos aún con los ojos de la carne, pero hemos recibido el Espíritu filial que mana del carne de Jesús una vez modelada por todos los misterios acaecidos en su carne. Ven #Espíritu de Dios, tómame en herencia la carne de mi Jesús.

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